sábado, 26 de noviembre de 2016

Noruega 2016 - Aurora Boreal y Pesca - Parte 2: Descubriendo la pesca y la Aurora


Después de una noche despertándonos cada hora para intentar ver la Aurora, estábamos un poco cansados, pero eso quedaba en segundo plano, eclipsado por el precioso día que empezaba. Un ambiente soleado, sin viento y en total silencio, invitaba a coger una barca y adentrarse en estas frías aguas, para dar los primeros pasos en esta aventura de pesca y descubrir cada precioso rincón que estas tierras ofrecen. Esta ha sido mi primera incursión en aguas noruegas y he intentado acertar con el material de pesca lo mejor que he podido, leyendo por internet y preguntando a gente que ya ha viajado. Desde aquí quiero mandar un saludo y agradecimiento a Antonio Pradillo, al cual pregunté a través de su blog y me contestó aclarándome muchas dudas.

En los anteriores viajes de pesca que he hecho por aguas Mediterráneas, Cantábricas y Atlánticas, me he llevado mis equipos de pesca habituales, que son cañas de 2 tramos, teniendo que facturarlas para viajar en avión. La verdad es que ya estaba un poco cansado de gastarme unos 90 o 100€ entre ida y vuelta facturando equipaje especial. Con el dinero gastado en estos últimos años, ya podría haberme comprado algunas cañas travel que podría llevar en la maleta, así que tras mucho mirar, me decidí a comprar dos cañas travel, que podría usar, en este y futuros viajes.


He elegido dos cañas con acciones diferentes y siempre pensando en poder darle uso en un futuro, la mayoría de veces, en viajes por aguas españolas. Una ligera y una heavy, ambas en 4 tramos. La ligera, es una caña de la marca francesa VØLKIËN SOUL, concretamente la Nitrix Dä Mätka 70H, de 2,10m y acción 10-30gr y la heavy es la DAIWA Powermesh Travel 244HAF, de 2,44m y acción 20-60gr. La intención, era poder tener como mínimo dos opciones según los peces o pesqueros que se presentaran. La pesca que iba a realizar, era en su mayoría vertical, pudiendo haber afinado un poco más comprando cañas específicas de Jigging o Slow Jigging y no estas de Spinning, pero como ya he dicho, debía tener muy en cuenta que se pudieran usar en un futuro. La verdad, es que estas fueron comodísimas y dieron la talla en todo momento.

En cuanto a carretes, elegí dos de mis carretes de Spinning habituales. A la caña ligera, le acompañó un Shimano Stradic Ci4+ 2500FA, cargado con Power Pro del 0,10mm y bajo del 0,50mm. La caña heavy, fue emparejada con un Shimano Twin Power SW 6000HG, cargado de Power Pro de 0,19mm y bajo del 0,70mm.


En la caja de señuelos, lo principal iban a ser los vinilos, para ser trabajados lentamente a ras de fondo. No haría falta llevar mucha variedad ni cantidad, pues por lo que me comentaron, no se perdían muchos. Interesaba que los vinilos se movieran mucho a baja velocidad, por lo cual, los elegidos fueron los SAVAGE GEAR Curl Tail, que mueven la cola sin parar, aún recogiéndolos a muy poca velocidad. Los de 7cm para la caña ligera y los de 14cm para la caña heavy. Elegí tan solo dos colores, el Baby Mack y el Pearl Silver. Así pues, con 2 paquetes de los pequeños y 4 de los grandes, pasaría todo el viaje. Igualmente, me llevé un puñado de jigs y algún bucktail para salir del apuro si fuera necesario.

En cuanto a cabezas plomadas, optaría por las de la marca Caperlan, que son más económicas que las de Savage Gear e igual de fiables, aunque no igual de bonitas. No me merecía la pena gastarme mucho dinero en cabezas, ya que no suelo pescar mucho con vinilos en mi día a día y seguramente de lo que más iba a perder en el viaje, serían vinilos, destrozados a mordiscos. Para el vinilo de 7cm, elegí la CAPERLAN Mogami Jighead de 15gr y para los de 14cm, la CAPERLAN Biga Jighead en 40 y 60gr por si necesitara un poco más de lastre para tocar fondo, ya que no sabía que me podía encontrar. Además, por si fuera necesario, me llevé unos cuantos plomos de 50 y 100gr, que añadiría en la grapa del señuelo, si con la cabeza de 60gr no fuera capaz de tocar fondo. Por suerte no hubo que usarlos.


Una vez en la barca, nos dirigimos a la profundidad de 20-30 metros, que según nos dijeron, era en la que más actividad había en esos momentos y dejamos caer los señuelos. La sonda no marcaba peces, pero no habían pasado ni dos lances, cuando recibí el primer ataque. En un minuto, emergió de las profundidades un pequeño pez con piel de Leopardo, ¡mi primer Bacalao! Un pez de precioso colorido, que me hizo mucha ilusión poder contemplar en persona. Es una bonita sensación, poder contemplar uno de esos peces que siempre has visto en foto. No me puedo imaginar lo que puede ser viajar al trópico y pescar tu primer GT, pensar en pesca a nivel mundial es muy excitante, pero volvamos a Noruega.

El día iba avanzando y poco a poco nos íbamos familiarizando con las zonas donde había más posibilidad de conseguir capturas, que tipo de recogidas nos estaban dando más resultados, etc. De momento todo estaba saliendo a la perfección, con una toma de contacto muy entretenida. Los vinilos pescaban y las cañas se portaban bien. Yo estaba pescando con el equipo pesado y mi pareja con la caña ligera, disfrutando a tope las capturas.


Había muy poca corriente y los señuelos llegaban perfectamente al fondo y se mantenían allí. Mi pareja incluso tocaba fondo con el Curl Tail de 7cm y la cabeza de 15gr en fondos de 50 y 60 metros. Las recogidas que más picadas daban, era arrastrar lentamente el vinilo por el fondo, con unos dientes de sierra a baja velocidad, o simplemente, lanzando lejos de la barca, como si pescaras a Spinning, y una vez el señuelo tocaba fondo, traerlo en recogida lineal lentamente a ras del mismo.

Pocas veces he disfrutado tanto y tan cómodamente sobre una barca. Las picadas no paraban de sucederse. El agua estaba como una balsa, parecía más un lago que el mar y la barca ni se movía. No se oía ni un ruido, ni apenas pasaba una barca en la lejanía cada dos horas. Me atrevo a decir que es uno de los pocos sitios donde he estado, en el que realmente se respiraba paz. Además, acompañado del bienestar que produce el respirar un aire puro como el que hay allí, hacía que no quisieras que ese instante acabara nunca. Por suerte, aún disfrutaría de dos días más de pesca en barca.


Como ya os he dicho, llevaba los carretes armados con bajo bastante gruesos, del 0,50mm y del 0,70mm, ya que los Bacalaos, a pesar de no ser Tallahams, tienen unos dientes con los que conviene tener precauciones, tanto para que no corten el bajo fácilmente, como para no resultar heridos y echar al traste el viaje. Llevar un grip y unos alicates para manejar y desanzuelar es primordial. Sobre todo si vais a pescar con los señuelos pequeños. Por suerte, la mayoría de veces,  vienen clavados por la comisura de la boca o en la parte externa de la misma, ya que las cabezas plomadas van armadas con un anzuelo simple, pero con la caña ligera hay veces en las que incluso los pequeños, engullían el señuelo por completo.


Estos peces, a pesar de no tener un aspecto feroz, son unos grandes depredadores, tienen unos ojos bien desarrollados, van armados con buenos dientes y unas protuberancias en la barbilla y las aletas ventrales, que les proporcionan una percepción añadida en zonas oscuras o turbias, donde no hay suficiente con la vista y la banda lateral. Además, cuando estás manipulándolos, puedes sentir que tienen bastante fuerza.

Como muchos otros peces, cuando el Bacalao se siente preso del señuelo, regurgita el contenido del estómago, para librarse de la posible caus, del mal estar que está sintiendo. La mayoría de ellos, regurgitaban Carboneros de unos 15cm y otros peces sin identificar, en avanzado estado de descomposición. Parece ser que en Otoño, ellos son la presa habitual. La verdad es que el tamaño y forma de estos peces, se parece bastante al del Curl Tail de 14cm, al cual se tiraban sin compasión.


A lo largo del primer día, fuimos viendo que la actividad descendía mucho a partir de los  40 metros, así que no le dedicamos mucho tiempo, centrándonos en las zonas menos profundas, donde la sonda siempre marcaba pescado. Aún así hicimos alguna pasada y lances en fondos de 70 y 100 metros, ya que nos dijeron que si en algún sitio podía salir un monstruo, sería ahí. Lo malo es que tampoco se a ciencia cierta si tenía equipo suficiente para pelear según que peces...

En cambio, entre 0 y 50 metros, cuando encontrabas una zona caliente, recibías una picada en cada lance, la mayoría de las veces, cerrabas el pick-up y ya tenías uno clavado, fueron unas horas divertidísimas y con dobletes constantes, teniendo que desanzuelar dos peces de cada vez, el de mi pareja y el mio.


La talla habitual de los Bacalaos era de entre 0 y 3kg. No son unos peces de combates con largas carreras, pero si tienen un picada potente, se asemejaría a una Lubina, dando esa buena clavada al principio con unos buenos cabezazos, para poco a poco irse desinflando.

La verdad es que me sorprendió el potente mordisco inicial, incluso el de los más pequeños, eso si, un poco más exagerado por pescar en vertical y a bastante profundidad, modalidad en que toda picada se magnifica. Cuando picaba uno de los gordos, te costaba lo tuyo separarlo del fondo. Por suerte, no llevaba un equipo muy pasado de vueltas y los disfrutaba a base de bien y con un poco de seguridad por si entraba algo más grande.


El Bacalao, es un pez muy resistente y que tolera muy bien los cambios de presión. Durante la ascensión, la descompresión les hacia excretar y salían con el orificio anal visiblemente abultado, como podéis ver en la foto inferior, pero en ningún caso, salió ninguno con la vejiga saliendo por la boca, ni desfallecido. Todos los Bacalaos capturados fueron devueltos perfectamente y volvieron nadando por sus propios medios hacia el fondo, incluso alguno sacado desde los 40-50 metros. Decidimos quedarnos uno de alrededor de 1 kg, para cenar una noche. La verdad es que la carne no tenía un gran sabor, pero si era de una textura muy suave y jugosa, es un pescado al que añadirle sabor con el resto de ingredientes que componen el plato. Había sido un día genial, con decenas y decenas de capturas. Pocas veces me he divertido así.


El primer día de pesca pasó y no tuve ninguna picada de Halibut, o algo fallaba o simplemente era cuestión de mala suerte. De cara al siguiente día, hablé con Per, el propietario de las casas y gran pescador, conocedor de estas aguas como la palma de su mano. Desde aquí, un abrazo y gracias por todo, tuviste mucha paciencia conmigo... jajaja Le explique como pescaba, por donde me movía, etc y le pregunté que podía hacer para conseguir algún Halibut.

Me comentó que en esta época del año, debía buscar fondos de arena, alrededor de 20 o 30 metros y pescar rascando fondo en todo momento. Me dijo una y otra vez, que debería poner vinilos aún más grandes que los que llevaba y no paraba de repetirme, "big lure, big fish", en eso ya no había remedio, pues no había donde ir a comprar, pero si que haría todo lo posible por encontrar esos fondos de arena y echarle horas. Así pues, me dio unas indicaciones de por que zona ir. Tomé buena nota y nos retiramos a la cabaña en modo Chasing Lights.

Era pleno atardecer y el cielo estaba despejado, todo apuntaba a que si la Aurora aparecía, hoy podríamos tener las condiciones climatológicas de nuestro lado. Se hizo de noche y empezamos a ver las estrellas, muy buena señal. Mirábamos el cielo en todas direcciones, hasta que en el horizonte, empezó a apreciarse un tipo de neblina extraña. Nos habían comentado, que las Auroras, no se forman como las vemos en las fotos desde un inicio, si no que empiezan pareciendo como una nebulosa blanquecina hasta que poco a poco, van creciendo y moviéndose, hasta acabar cogiendo ese color verde tan característico.


Dicho y hecho, esa especie de nube blanquecina, fue intensificando sus colores, hasta convertirse en la preciosa Aurora Boreal de la foto de arriba. Durante la siguiente hora y media, asistimos atónitos al que para mi es uno de los espectáculos más sublimes y a la vez surrealistas, que la naturaleza puede ofrecer. Desde pequeño, había visto fotos e información acerca de este fenómeno y siempre he tenido en la cabeza el deseo de poder presenciarlo un día u otro, los sueños están para cumplirlos. La verdad que fue un sueño poder presenciarlo. Un momento que recordaré el resto de mi vida y que mejor, que junto a mi pareja. Es una pena no haber podido hacer unas fotos de más calidad. En su día, estuvimos informándonos de como fotografiarla lo más decentemente posible y es muy difícil conseguir esas fotografías perfectas de postal. Además, si consigues ver la Aurora, no sabes si durará un minuto o tres horas, y no merece mucho la pena desperdiciar ese instante, mirando una pantalla, disfruta el momento. Nosotros hicimos las fotos con el simple modo noche.


La Aurora Boreal, se ve verde habitualmente, pero dependiendo de la intensidad (la cual puede variar en un segundo), se puede apreciar de diferentes colores o combinaciones con los colores verde, rojo y blanco. Esto se debe, a que cuando la Aurora es más potente, atraviesa diferentes capas de la atmósfera, reaccionando con cada uno de esos colores en cada capa. En la foto de arriba, podéis observar uno de los momento más espectaculares que pudimos ver, ya que en un instante, la Aurora pasó de estar en su totalidad, de un color verde intenso, a dar un rápido fogonazo y ver tonos de los tres colores, señal de que en ese instante, la radiación era fuerte y estaba atravesando 3 capas de la atmósfera. Al ver que la Aurora duraba y duraba, decidimos hacer alguna foto un poco más artística, como esta de debajo en la que se ve mi silueta con la Aurora de fondo en el cielo.


Esta Aurora duró una hora y media aproximadamente, pero tal cual vino, desapareció. Fue apagándose hasta convertirse de nuevo en una neblina blanca que también desapareció. Aún así, la noche seguía despejada y decidimos darlo todo y volver a levantarnos cada hora. Tras sonar la alarma de las 3 de la mañana, nos asomamos y allí estaba de nuevo, no con la misma intensidad, pero perfecta, otra vez, haciéndonos disfrutar de su danza sobre nuestras cabezas, pudimos disfrutarla otra media hora, hasta que volvió a desvanecerse, poniendo fin a un día y noche de ensueño.

Continuará...

¡Un abrazo y buena pesca!

lunes, 7 de noviembre de 2016

Noruega 2016 - Aurora Boreal y Pesca - Parte 1: La elección del sitio y las fechas


Hace menos de dos meses, tuve el placer de pasar 6 días de vacaciones en Noruega. El objetivo principal del viaje, era intentar ver la Aurora Boreal, un objetivo un tanto caprichoso, quizás más que la pesca. Además, también podría pescar en un sitio totalmente diferente a mis spots habituales, ¿a quien no le apetecería?

Planificando el viaje: La elección del sitio y las fechas

Si vas a planificar un viaje a Noruega con el único objetivo de pescar, recomiendo ir en verano. La temperatura acompaña y el sol no se pone, ofreciéndote interminables horas de pesca. Además, es cuando hay más peces y se supone que están más activos.

En mi caso, la cosa se complica cuando también quieres ver la Aurora Boreal, ya que no se puede ver en verano, al no hacerse de noche. Además, tampoco se ve habitualmente desde el centro o sur de Noruega, que también son buenas zonas como destino de pesca. La Auroral Boreal, se ve con más frecuencia en la latitud 70. Aquí podéis ver un mapa de donde suele aparecer cuando se dan las condiciones idóneas.


Por desgracia, el encontrar una buena ubicación es el primero de tus problemas si quieres ver la Aurora Boreal, ya que también deberá haber un cielo completamente despejado, sin nubes ni neblina. Una regla fundamental a tener en cuenta es; "si no se ven las estrellas, no se verá la Aurora". Para hacerlo un poco más difícil, puede ser que se den las condiciones perfectas y no aparezca.

¿Por que puede que no aparezca? La aurora Boreal, se produce cuando las explosiones solares generadas en el sol aproximadamente un día antes, llegan a la tierra e impactan contra ella lateralmente, en el ecuador. Al no poder atravesar la tierra, toda esa energía, va a intentar esquivar la tierra por los polos, concentrando la radiación solar a tal nivel, que al caer la noche, se hace visible para el ojo humano. Las mejores horas para ver la Aurora, suelen ser las 2 o 3 posteriores a la puesta del sol y las 2 o 3 anteriores a la salida del sol, ya que en esos momentos, aún siendo de noche, estás aún relativamente cerca del lado de la tierra donde aún da el sol y a consecuencia más radiación solar. En las horas centrales de la noche, es más difícil verla, ya que te encuentras en la posición más lejana respecto a la cara de la tierra donde da el sol.

Así pues, cuando esperas ver la Aurora y las condiciones climatológicas están a tu favor, la suerte está igualmente echada, ya que si en las 20 horas anteriores no ha habido mucha actividad solar, en forma de explosiones, que liberan oleadas de radiación hacia la tierra, te quedarás sin verla. Esto se puede predecir mínimamente, igual que se predice el tiempo. Hay infinidad de webs y aplicaciones para móvil, que te pueden ayudar a detectar las mejores horas o días, eso si, como predicciones que son, fallan bastante.


Una vez sabido como funciona la observación de la Aurora, tocaba modificar la ubicación, pasando de un hipotético destino de pesca en el centro o sur del país, a lo más alto, en la latitud 70. Concrétamente a la zona de Tromsøen el norte de Noruega, casi en el Cabo Norte, que es considerado con frecuencia el punto más septentrional de Europa, donde se separa el Océano Atlántico (al oeste) del Océano Ártico (al este).

Para maximizar las opciones de verla, hicimos coincidir las fechas del viaje coincidiendo con la fase lunar de "Luna Nueva" (sin Luna), para disponer de un cielo bien oscuro y evitar que la luz de la Luna interfiera con la de la Aurora, y el sitio elegido fue un bonito complejo de casas llamado Finnkroken Feriehytter (http://www.finnkroken.no/), situado en un fiordo con muy poca actividad humana, lejos de la ciudad de Tromsø, ya que la Aurora Boreal se debe ver en total oscuridad y la ciudad de Tromsø (la más grande de esa zona), produce una molesta contaminación lumínica, que te obligaría a salir de ella cada noche para intentar verla. Además al no disponer de coche, deberías contratar unas caras excursiones (a las que llaman "Chasing Lights", que traducido al español, significa "Persiguiendo Luces"), que consisten en llevarte toda la noche dando vueltas en coche o autobús, intentando encontrar un sitio propicio en el que poder ver la Aurora, además no hay nada que te garantice que así será. En nuestro caso, podríamos verla desde la puerta de casa, si es que quisiera aparecer. En la siguiente foto podéis ver una pequeña ampliación de la zona. Cada uno de esos pueblecitos que marca, son realmente cuatro casas. El único grande de verdad es Tromsø.


Como podéis observar, la zona sería ideal para ver la Aurora, pero también para pescar, si es que la climatología lo permitía, pues el clima en países de estas latitudes, no suele ser muy benévolo fuera de la estación veraniega. La estación perfecta para ver Auroras es el invierno, ya que durante unos meses, el sol no sale y es siempre de noche, además el cielo tiende a estar más despejado que en Primavera u Otoño (que son las estaciones lluviosas), incrementando las posibilidades de ver una Aurora a cualquier hora del día. Eso si, prepararos para pasar una semana a oscuras y con unas temperaturas bajo cero y no poder ni salir a pescar del frío y la mala mar que hay. Así pues, nuestra elección sería el Otoño, donde con un poco de suerte, podríamos tanto pescar, como ver la Aurora, aunque con mala suerte, ninguna de las dos cosas.


Se hace raro pensar que el agua que se ve, es mar, viendo que parece un lago y está rodeada de islas con altísimas montañas nevadas y coronadas con glaciares. Un escenario de pesca impensable en nuestras costas. Además, impresiona pensar que las cimas que se ven, continúan con la misma inclinación al entrar al agua, teniendo a veces unas profundidades casi abisales, a escasos 100 o 200 metros de la orilla.

Por fin, después de un largo viaje, llegamos a Finnkroken Feriehytter, y que mejor manera de descansar un poco, que calentitos en la cabaña y con estas preciosas vistas de los fiordos, con toda la vegetación mostrando unos preciosos colores otoñales. Los dueños del complejo, nos advirtieron de que disfrutar de estos días tan calmados y soleados en esta época, no era habitual y que habíamos tenido mucha suerte. Solo tocaba soñar con que el clima siguiera en la misma tónica los días siguientes...


El primer día tocaba acomodarse, dar unos paseos para empezar a conocer la zona y preparar todo el material de pesca para el día siguiente. El complejo de casas donde nos alojábamos dispone de muelle propio y barcas de pesca para alquilar a unos 60€ el día completo, más la gasolina que gastes, que es poca. Todas las barcas están equipadas con sonda y GPS, cosa que sin conocer el terreno, facilita mucho la pesca y la navegación, sabiendo en cada momento donde te encuentras, profundidad, si hay peces... (excepto Halibuts claro, que no los marca por estar tumbados en el fondo). Si alguien se aventurara a ir, hay que decir que tienen bastantes barcas, pero si vais a pescar algún día, decirlo con antelación, ya que puede que en primavera y verano no quede ninguna libre, pues son las mejores épocas de pesca. En mi caso, fui en la época de caza, así que tenía todas las barcas para mi y era el único pescador del complejo. Todos los demás eran cazadores, que se pasaban el día por la montaña y volvían cargados de presas por la noche, en su mayoría aves y liebres.


Como ya os he dicho, el sitio es espectacular, con el mar y barcas al pie de las cabañas. Eso si, hay que recordar que esta idílica estampa solo se presentará en los meses con mejor clima. En invierno todo será blanco y con el mar oscuro y picado.

Al lado del muelle disponen de una cabaña dedicada a la pesca y la náutica, además de un lavadero exterior donde poder limpiar y filetear el pescado que pesques, si es que lo quieres consumir. En la pared de esta caseta, han ido acumulando las colas de los Halibuts pescados a lo largo de los años, a modo de trofeo. Es su cultura de pesca. Por lo que me comentó el dueño, los Halibuts tienen una carne bastante apreciada, eso si, cuando pesan entre 0 y 6-7 Kg, ya que a partir de ahí, dicen que la carne ya se pone bastante correosa. Aún así, dada la cantidad de colas, parece que no les hacen ascos a los XXL.


La talla mínima para llevarte un Halibut, es de 60 centímetros, pero puede llegar a pesar unos 200-250kg y medir unos 3 metros, así que es el pez más potente que se puede pescar en estas aguas. Los de esos tamaños gigantes, casi siempre son pescados a curri de profundidad, con cañas que son auténticas farolas, dignas de pescar Atunes de 200kg. Entre las colas había algunas que pertenecerían a ejemplares dignos de mención, como esta de la foto de debajo, con un tamaño gigante aún estando desecadas. Entre mis objetivos del viaje, estaba intentar hacerme con un Halibut, aunque ya me advirtieron de que no sería tarea fácil, pues la mejor época es en verano. Una baza a mi favor, es que el tiempo estaba siendo aún bastante veraniego y los Halibuts aún rondaban por las zonas de poca profundidad, entre 0 y 50 metros. Parece ser que cuando viene el frío, descienden a las profundidades, haciendo su pesca mucho más difícil.


Dando una vuelta por el muelle, se puede apreciar lo ricas que son estas aguas. Noruega no dispone de una gran biodiversidad, pero de las especies que hay, hay en abundancia. No hay más que asomarse desde el muelle o caminando por la orilla, para ver fondos plagados de erizos, estrellas de mar y moluscos de los que desconozco el nombre, aunque muy parecidos a los mejillones y ostras que tenemos en España. El agua estaba cristalina y con una visibilidad increíble, pudiendo ver con total nitidez el fondo en sitios de unos 10-15 metros. Siendo los primeros 10 metros la zona con mayor cantidad de vida de estos tipos de organismos, gracias a la penetración del sol, que con su luz y calor, ayuda a crecer a las algas y demás seres que habitan el fondo. A partir de ahí, se siguen viendo, pero no con la masificación en la que se ven en la orilla.


También se podían observar a simple vista grandes bancos de pequeños Carboneros y unos cuantos Bacalaos nadando un poco más al fondo. Estos peces no eran muy grandes, rondarían los 200-600gr, pero con el equipo ligero (10-30gr), te ofrecían divertidos combates, pues se abalanzan sobre el señuelo en bandada. La mayoría de veces se robaban. Una lástima no haber dado con los Carboneros de más talla, pues según cuentan y como pude ver con estos pequeños ejemplares, presentan unas batallas muy potentes. No pude hacerme ni una foto digna con ninguno de estos pequeños carboneros, de lo que se movían una vez fuera del agua, puro nervio.

Los peces que morderán el señuelo habitualmente, serán los Bacalaos, que son una auténtica plaga, y los Carboneros. Luego y en menor medida, los Halibuts, Wolffish (peces lobo), Redfish y algunos más. A parte de eso, si pescas en zonas muy profundas, también puedes encontrarte alguna sorpresa con peces abisales que desconocemos en España y según la época del año podrías encontrarte con algunas otras especies migratorias.


El agua en Noruega, está muy muy fría casi todo el año. Los días en los que estuvimos, la sonda marcaba 10 ºC (aunque seguro que puede estar más fría en invierno), lo cual hace que no haya una gran cantidad de algas ni como ya os he dicho, una gran biodiversidad.

Estas ricas aguas, aunque parezcan muy calmadas, están siempre en movimiento, pues en este mar, hay marea. Una marea que no es excesivamente perceptible, ya que el agua no se retira centenares de metros, como en una zona de aguas someras. Aquí hay mucha profundidad, así que las orillas tienen caídas muy verticales en casi todas las zonas y al estar la marea en su punto más bajo, tan solo se aprecia un descenso de unos 2 o 2,5 metros. En las siguientes dos fotos, podéis apreciar la diferencia entra la marea alta y la marea baja en el mismo punto de costa. En esta primera, podéis observar la marea alta:


En la siguiente, el mismo punto con la marea baja:


Después de esta toma de contacto con el entorno, tocaba ir a cenar, preparar los equipos de pesca para el día siguiente, en el cual iba a disfrutar de una salida en barca de día completo, y como no, intentar ver la Aurora esa misma noche, cosa complicada, ya que el cielo estaba nublado al irnos a dormir.

Si quieres maximizar las opciones de ver la Aurora, no te queda otra, que poner un despertador cada hora de la noche y asomarte a ver si está. Hay que pensar que, aunque parezca el peor de los días y el cielo esté nublado al ir a dormir, puede despejarse en un par de horas y ofrecerte uno de los mejores espectáculos de la naturaleza. Así pues, nos levantamos a las 12, la 01, las 02, las 03, las 04 y las 05, cuando el día empezaba a despuntar, por desgracia sin éxito, pues solo vimos nubes y más nubes cada vez que nos asomamos.

Continuará...

¡Un abrazo y buena pesca!