miércoles, 26 de julio de 2017

Jig Casting, ¿La técnica más polivalente?


Si hay una técnica que ha demostrado una polivalencia extrema, tanto en la variedad de especies capturadas, como en su uso; en diversidad de escenarios, estado del mar y condiciones climáticas, esa es el JIG CASTING, que traducido al castellano, sería lanzamiento de jigs. Vamos a hacer un repaso de las maneras en las que se puede usar y como optimizar su uso, dependiendo de las situaciones que nos vayamos encontrando en acción de pesca.

¿Que es un Jig? Es un señuelo metálico, que suele estar hecho de plomo, ya que es un metal con una relación peso-volumen muy alta, cosa perfecta para lanzar lejos. Los fabricantes, se las han ingeniado para ir un poco más allá y en estos últimos años, han sacado al mercado jigs hechos de Tungsteno, que es otro metal con la relación peso-volumen aún más alta que la del plomo. Así pues, vemos que el peso volumétrico del plomo, es de 11,34kg/dm3 y el del Tungsteno, de 19,10kg/dm3, con lo cual, a igual volumen, un jig de Tungsteno pesará casi un 40% más que uno de plomo. Con ello, podemos conseguir, hacer señuelos más pequeños comparados con uno de plomo del mismo peso. La parte mala del asunto, es que los jigs de Tungsteno, son bastante más caros que los de plomo. El Jig, es un señuelo que se pierde fácilmente, dependiendo de la experiencia que tengamos y la dificultad de los pesqueros que frecuentemos. Por lo que veo en mis círculos, los de Tungsteno, no se usan mucho, pues no está la cosa para ir dejando tanto dinero enrocado por el fondo.


Para empezar, vamos con la que para mi es una de sus mayores virtudes; el lance. Hay pocos señuelos capaces de lanzar tanto como un Jig. En un día sin viento, conseguiremos lanzamientos de récord, pudiendo abarcar mucho terreno en cada lance y en días con mucho viento, nos permitirán como mínimo, lanzar sin que nos los devuelva el viento, pudiendo pescar en condiciones, en las que con otros señuelos sería casi imposible. A parte de por causas meteorológicas, otra situación en la que necesitemos un lance largo, puede ser si vemos actividad depredadora lejos de la costa, normalmente fuera del alcance de la mayoría de señuelos de plástico, una de las pocas opciones efectivas, será un jig.

La máxima expresión de pescar a jig casting un día con viento o mala mar, es la utilización de un Chivo, un señuelo tradicional español, semejante a un jig artesanal de plomo (que al fin y al cabo son un jig) y pelo de chivo en la cola. No hace falta mucho más que este pedazo de metal para pescar unas Lubinas en pleno temporal. Además de ser efectivo y aguantar mucha mar con su gran peso, nos da la ventaja, de poder lanzar desde fuera de la zona de peligro, donde impactan las olas, sin miedo a perder muchos metros de lance.


Otra de sus mejores características, es la de poder sondear todas las capas de agua, si estamos en un pesquero con cierta profundidad. Si vemos que no hay actividad en las capas superiores, podemos dejar descender el jig unos metros después del lance y empezar la recogida por una capa de agua más profunda, dejándolo incluso tocar fondo antes de empezar la recogida si el fondo es de arena. Si nos encontramos pescando en un fondo rocoso, hay que extremar las precauciones e ir probando progresivamente cuanto dejamos hundir el jig antes de recoger, ya que si toca fondo, las posibilidades de perderlo son muy altas. Yo recomendaría, que si no se conoce un pesquero, se pruebe primero con un jig que no te importe perder, de esos que ya se han puesto feos del uso, o de alguno muy barato. Aún así, he tenido capturas con jigs que ya estaban destrozados y sin apenas color. Eso demuestra lo efectivos que son estos señuelos. Aquí podéis ver como este Jurel, no se lo pensó dos veces y atacó a un Jig en mal estado y sin apenas brillo.


En cuanto a la manera de profundizar, cada jig lo hará de una manera diferente, influenciado por su peso y forma. Por el peso es evidente, que a más peso más velocidad de profundización. La otra variante es la forma. Es aquí donde podemos jugar un poco más a la hora de elegir un jig con una u otra acción. Los jigs profundizan más rápido mientras más largos, afilados y planos son. Por el contrario, mientras más cortos, rechonchos y con curvas son, más lento profundizan, más erráticamente descienden  y más destellos hacen durante el descenso, cayendo con un patrón parecido, al que caería una hoja de un árbol.

Por poner dos ejemplos, si solemos tener picadas a medias aguas, elegiremos un jig que caiga lento y se mantenga todo el tiempo posible en la zona caliente. Otra situación en la que recurriríamos a un jig de caída lenta, sería si vamos a un pesquero del que no conocemos el fondo o sabemos que lo tiene de roca y hay mucho riesgo de perder un jig nada más tocar fondo, también podríamos elegir uno que cayera más lento, para tener más margen de reacción en la caída. No creáis que doblaréis el tiempo de caída, pero cuando se le coge el tranquillo, te ofrece algún segundo más que se puede aprovechar bien. En el caso contrario, imaginemos que estamos en una zona de mucho calado, ya sea en barca o desde costa, con una nula actividad en las capas superficiales y nos interesa ir al fondo, elegiremos un jig largo y de perfil cortante para bajar lo más rápido posible y no perder el tiempo durante la larga bajada.

En estos últimos años, en la pesca desde barco, ha ido ganando terreno el Slow Jigging, que consiste en usar jigs  de caida super lenta, siendo estos muy ovalados y casi redondos y proporcionando caídas ultra lentas (para lo rápido que profundiza habitualmente un jig), pudiendo mantener el jig en la zona caliente mucho más rato que uno de los tradicionales. Poco a poco, también han ido saliendo al mercado modelos de jigs para lanzar desde costa.


Mientras utilizamos un jig para prospectar diferentes capas de agua, puede ser que recibamos una picada en el momento en que estamos dejando profundizar el jig, con lo cual hay que estar atentos al hilo que sale de la bobina abierta, por si empezara a salir más lento o rápido de lo habitual, lo cual indicaría que un pez ha cogido el jig a la caída. Si se trata de una presa en condiciones, nada más cerrar el pick up, nos encontraremos con una clavada de las que quitan el hipo.

La forma, además de hacer que baje más o menos rápido, también influirá en la natación del jig. Si miramos que natación realiza un jig al caer hacia el fondo, veremos que hay algunos que simplemente por ir descendiendo ya parecen un pez moviéndose, en cambio hay otros que caen de una manera más inerte. También veremos de que manera influye la forma si realizamos una recogida lineal, pues los jigs a pesar de ser un trozo de metal, carente de babero ni contrapesos, también tienen su propia natación (un poco básica a comparación de otros señuelos), habiendo de nuevo otros que naden más o menos a raíz de la forma. Aquí podemos ver unos cuantos perfiles diferentes.


Volviendo al tema del lance, no todo es el jig y su forma, si no que para sacar todo el jugo posible a este aspecto, también habrá que tener en cuenta otros factores como la linea. Ajustando la linea y equipo al Jig que se lanza, se consiguen muy buenos lanzamientos, incluso de Jigs pequeños. Pescando a Jig Casting ligero, lanzo jigs de entre 5 y 18gr. Parece mentira lo lejos que puede llegar un Jig de 10gr, lanzado con una caña de acción 10-35gr y una linea trenzada de 0,10mm. Esto nos brinda la oportunidad de poner señuelos muy muy pequeños a unas distancias más que respetables, pudiendo ofrecer engaños diminutos, a peces que son extremadamente exigentes con la medida de sus presas. Hablo de pequeños depredadores, como por ejemplo de Jureles y Jurelas, Obladas, Palometa Blanca, alevines de Serviola, etc... que suelen comer alevines de pequeño tamaño. Con otro tipo de señuelos, como por ejemplo vinilos, sería imposible hacer un lance de 50 metros con una muestra de 10gr.

Si queremos buscar algunos peces de los antes mencionados, deberemos ser muy cuidadosos eligiendo la medida y peso del Jig, ya que por ejemplo, un jig de 10-20gr y otro de 30-40gr, son muy parecidos en tamaño, quizás el grande mida 1 o 2 cm más que el pequeño y sea un poco más rechoncho. Esa diferencia que para nosotros es mínima, puede hacer descender el número de picadas de forma alarmante. Gracias a la imagen de debajo, os podéis hacer una idea de cuanto se puede afinar al elegir un señuelo, parecido al pez pasto del que se están alimentando los depredadores. Este pequeño alevín, fue robado mientras lanzaba en medio de un banco que estaba siendo atacado por las Jurelas. No hace falta decir que hubo multitud de capturas...


En días de pesca de Jureles, Jurelas y Obladas, he podido comprobar como algún compañero que lanzaba un Jig de 30gr, tenía muchas menos picadas que yo lanzando uno de 10gr. Tenía menos de la mitad de picadas que yo. Además, muchas de las que tenía, no clavaban, ya que un Jig más grande, siempre lleva un triple o anzuelo simple de mayor tamaño, que dificultará la clavada de los peces con la boca más pequeña. Todo va a proporción.


Otra de sus virtudes, es el amplio abanico de escenarios en los que son efectivos y el abanico de movimientos que se les puede dar. En cuanto a escenarios, son super efectivos en pajareras desde barca, permitiéndote lanzar desde lejos sin ahuyentar a los peces. Además muchas veces comen presas muy pequeñas, cosa que podemos ofrecerles perfectamente con un pequeño jig. Pescando a spinning ligero, disfrutamos como enanos con los bancos de pequeños Atunes y Bacoretas, que atacaban sin miramientos a un jig bien elegido en tamaño y color. También es posible usarlos desde barca como si hiciéramos jigging. Dejándolos caer al fondo y realizar una recogida ascendente a tirones.



Pescando con ellos a medias aguas realizando un rápido Twitching, emitimos muchas vibraciones, que atraen a los depredadores. Uno de los más voraces, son las Agujas, que se abalanzan sobre el señuelo en masa, ya que estos peces forman grandes y hambrientos bancos, que no dejarán que otra cosa vea el señuelo.


Cuando los peces están muy activos, se puede pescar con ellos incluso a Skipping, como si de un Ranger se trataran. Hemos tenido días increíbles pescando Llampugas con esta técnica. Es increíble traer el jig a toda velocidad, saltando por encima de la superficie y ver como un banco de Llampugas va tras él, fallando ataques una y otra vez, hasta que aflojas un poco la velocidad y ya al lado de la barca, ves perfectamente el ataque final de alguna de ellas, arremetiendo contra el jig. Esta recogida da sus frutos cuando hay mucha actividad y hay una gran competencia entre los peces. Literalmente se pelean por cogerlo antes de que otro lo haga.... ¡Brutal!


En verano, lo he pasado en grande en playas someras, no hace falta más que un equipo ligero y unos jigs de 5 o 7gr, metido en el agua hasta la cintura y pasar la tarde sacando Palometas Blancas. Recogidas rápidas con Twitching rapidísimo y llegar a sacar decenas. Eso si, los mejores días, estaba el agua turbia, es así como se tiran sin dudarlo. Con agua cristalina también pican, pero están más recelosas.


En la playa hemos tenido alguna sorpresa más, pues de vez en cuando, hemos tenido alguna captura de Tembladera. Esta no es una captura tan extraña como pueda parecer, ya que somos 5 amigos, los que ya hemos sacado alguna con señuelos. Todas ellas venían clavadas por la parte cercana a la boca, cosa que denota que se han tirado al señuelo y no han sido robadas mientras arábamos el fondo con nuestro señuelo. Lo siento por la calidad de la foto, pero es la única que tengo de una pescada con Jig, en este caso, un Mucho Lucir de 60gr. Las otras han sido con un Minnow, con Egis y con un Vinilo. Parece que no le hacen ascos a nada que vaya bien cerca del fondo...


En cualquier pesquero con un poco de profundidad, se pueden recoger a dientes de sierra. Esta es una de las recogidas más clásicas. Se deja caer el Jig hasta el fondo y se empieza una secuencia de tirón hacia arriba - recoger hilo sobrante - tirón hacia arriba... y así varias veces. Cada varios tirones, se pueden hacer pausas de unos segundos, para dejar que el jig vuelva a descender unos metros a la profundidad inicial. Entre tirones verticales, podemos introducir un poco de Twitching, dando unos cuantos tirones laterales, con la caña en posición horizontal. Normalmente, la picada la recibimos a la caída, entre tirón y tirón, con lo cual, cuando vayamos a dar el siguiente tirón, nos encontraremos con una brutal parada en seco del jig. Son unas picadas muy contundentes y divertidas. Este Serrano, fue cogido con un equipo ligero y picó muy cerca del fondo, ¡arriesgando el Jig al máximo!


Con ellos, he llegado hasta sacar capturas pescando en la misma rompiente de las rocas. Un día me encontraba en las rocas que veis en la foto de debajo, cuando vi pasar de derecha a izquierda un grupo de 5 o 6 Lubinas. En ese momento, tenía puesto un Egi, ya que era temporada de Sepia y no quería dejar escapar la oportunidad de completar la jornada con ellas. Mientras sacaba el Egi del agua, éste les pasó por delante y ni se inmutaron. Mientras tanto, las Lubinas se perdieron en medio de la espuma.


Por suerte, había dejado 4 o 5 señuelos a mis pies mientras iba alternándolos. Rápidamente, cogí un Jig y lo lancé en medio del espumero, avanzándome a la trayectoria que llevaban las Lubinas. Después de darle unos cuantos tirones... parón en seco de señuelo y buena doblada de la 10-35gr. Por un momento pensé que había enrocado, pues donde lancé no habría ni un metro de agua y las rocas estaban repletas de vida marina en la que enrocar el triple fácilmente. Por suerte, una buena carrera me indicaba que alguna de la Lubinas había sucumbido. Tras una bonita y arriesgada batalla, pues varias veces estuvo a punto de rozar el 0'10mm contra las rocas, salió esta preciosa Lubina.


No es la primera que capturo en estas circunstancias, pero si la primera a pez visto en estas condiciones. Eso sí, ninguna de las capturadas con pequeños jigs, ha pasado de 1kg. No se si el azar ha querido que así sea, o es que las grandes no se sienten atraídas por este diminuto engaño. Aún así, no es la mejor técnica para pescar Lubinas y hay que considerar estas capturas puro azar, ya que lo más probable si intentamos pescarlas así, es que perdamos un jig tras otro. Lo ideal para ir rascando rocas sería un vinilo.


Para finalizar el post, un poco de novedad en el mundo del Jig. A pesar de ser un señuelo que parece no poder evolucionar mucho más, la mente de los diseñadores parece no tener límites y nos han ido regalando novedosos Jigs, que realizan movimientos nunca imaginados para este tosco señuelo.

Desde barca, el Slow Jigging ha ido ganando terreno y desde costa, han salido algunas ideas muy originales, como estos Sea Ride de la casa japonesa Blue Blue, que en 2012, sorprendió con estos Jigs. He comprado un par de ellos en 20 y 40gr, con la intención de probarlos esta temporada y ver si a parte de pescar pescadores, pescan peces. Si buscáis algún vídeo por Youtube, veréis que tienen un movimiento muy especial.


Espero que me sean útiles con peces muy recelosos, como por ejemplo las Llampugas a final de temporada, que el año pasado, no picaban a los jigs tradicionales como lo hacían al principio de temporada y que aún así, costaban de pescar con pequeños vinilos. Con estos jigs, espero que pierdan esa cautela con la que observan los ya conocidos jigs y vinilos que les llevamos ofreciendo toda la temporada y ataquen a un movimiento que nunca antes han visto. El tiempo dirá si así es.

Así que ya sabéis, aunque no toméis el Jig Casting como vuestra disciplina principal, no olvidéis llevar siempre algún Jig encima, son fáciles de transportar y nos pueden salvar la jornada.

¡Un abrazo y buena pesca!

domingo, 21 de mayo de 2017

Surfcasting: 2016 de récord, ¿2017?...


Últimamente, tengo el Surfcasting un poco abandonado, aunque 2016 fue la mejor temporada que he tenido. Por falta de tiempo para el blog, se quedaron en el tintero algunas jornadas memorables. Fue una temporada muy emocionante, con sus alegrías, decepciones...

Una parte de las alegrías, las dio el material. Empecé la temporada cambiando de cañas. Cambié las Nou Cast Strattocast que tantas alegrías me dieron, por unas Kali Kunnan Shangrila Team y los dolores de espalda mejoraron mucho, al ser éstas unas cañas más ligeras y más dóciles en el lance. La adaptación fue rápida y tenía muchas ganas de probarlas a fondo.


Se estrenaron con unas piezas modestas, pero finalmente, a lo largo de la temporada, fueron sacando buenas capturas, pudiendo probar las sensaciones que daban, con una buena captura al final de la linea. La verdad es que son muy sensitivas y se disfruta mucho el combate.


Si hubo una especie que dio la cara de manera espectacular, fue la reina del Surfcating, la Dorada. Es la especie que más buscamos, la que más conocemos y la que mejor responde en nuestras salidas. Si se elige bien el momento, se puede pescar casi todo el año, aunque hay épocas en las que da especiales alegrías, como en primavera y otoño. La buscamos por su batalla, su belleza, el peso que alcanza y la exquisitez de su carne.


El pasado otoño, tuvimos las mejores capturas, tanto en tamaño como en cantidad. Además, en días en los que no esperarías una gran pesca, como por ejemplo el día de la foto de arriba, en el que un día lluvioso, acabó siendo uno de los mejores del año, acabando con este bonito cuarteto, que podía haber sido aún mayor, ya que alguna otra gran captura, rompió la linea al picar y hubo algunas más que no clavaron.


Entre toda esta alegría y buenas jornadas, no faltó una buena dosis de resignación, a la que los pescadores, ya estamos más que acostumbrados, como; coger un buen cabreo al ver la mierda que dejan los demás en pesquero, pegarte una kilometrada importante después de trabajar, llegar hecho polvo al pesquero y tras montar y lanzar las dos cañas, pasar una bandada de gaviotas volando a ras de agua y pescar dos de ellas, una con cada caña, pasarte la jornada perdiendo lineas por la basura y materia orgánica que arrastra un temporal y como no, irte a ver salir el sol a un sitio tranquilo y que aún así te rompa alguna linea un grupo de nadadores y paddle surfs a las 7 de la mañana...


Por suerte, todos estos escollos se acaban superando y la captura de tu vida te sabe mil veces mejor de lo que podías imaginar. El pasado 2016, superé por fin los 2Kg de peso en una Dorada. Parece mentira, pero por mi zona no salen muchas más allá de los 2Kg. Llevaba varios años viendo como cada temporada, mis compañeros sacaban un par de ellas y parecía que nunca me iba a tocar a mi.

Finalmente, este fue mi año y saqué dos que rozaban los 2,5kg. Recuerdo especialmente esta, ya que fue de las que hacen afición. Picada brutal que arqueó la caña sacando hilo, seguido de una batalla que se me hizo eterna, siempre en el buen sentido de la palabra. Se hizo fuerte en el rebalaje y nos hizo caminar unos 200 metros detrás de ella, hasta que por fin, se agotó y se dejó varar. Recuerdo también con emoción, la alegría que nos dio a mi amigo Alex y a mi, al poder hacernos con ella y contemplar tan precioso animal.


Una de las decepciones del pasado 2016, me la ha vuelto a dar la Lubina. Su pesca a Surfcasting, se ha vuelto una casualidad, a la que no pienso dedicar mucho tiempo en el futuro. Creo que, dentro de las modalidades de pesca que practico, es la menos excitante y la que menos alegrías da, en relación al esfuerzo empleado. Muchas horas a pie de playa, con el mar haciendo de las suyas (enredos, algas...), pasando frío y trasnochando, para poca cosa. En 2017, quien va a comer Sepia, seré yo y no las Lubinas.


Durante la temporada pasada, les dedicamos un buen número de jornadas, con pobres resultados. Tan solo aparecían de vez en cuando, unas Lubinas de talla escolar, a las que no les hicimos ni foto. Captura y suelta rápida y a rezar para que no caigan en el anzuelo de ningún morrallero...


Cada temporada se aprende algo nuevo. En la pasada, aprendí, aunque parezca mentira, que cojo más pescado saliendo poco, que cuando salía mucho. Os explico... Años atrás, salía mucho más a Surfcasting que las dos últimas temporadas y el balance de capturas era más pobre que ahora. Hay varios factores que pueden haber influido en esta tendencia.

Antes, me centraba mucho en algunos tipos de pesca, como el Surfcasting y las ganas de conseguir ciertas capturas de determinadas maneras, no era la mejor manera de obtener resultados de manera constante, ya que si no es época de ciertos peces o sitios, deberás invertir muchas horas en coger unos pocos. Así que, es mejor centrarte con un determinado tipo de pesca en unos meses concretos y saber que probablemente tendrás buenos resultados.


A lo largo de estos años, he ido añadiendo en mi armario una buena variedad de estilos. Empecé por el Surfcasting y Spinning (en casi todas sus variantes), hasta llegar al Eging y más recientemente al LRF. Con esta variedad de estilos, siempre tienes algo por hacer cuando toca y no estar fuera de temporada, intentando coger peces, que simplemente no están o no están activos.


Esta de aquí abajo fue una de las pocas salidas que he hecho a principios de 2017, donde por desgracia los peces de porte no dieron la cara. Solté dos Lubinas de talla escolar y alguna otra Dorada de pequeño tamaño. Aún así, este Sargo y las dos Doradas más pequeñas, vinieron embuchados y poco se pudo hacer por salvarlos.


De momento, no se cuando será la siguiente salida a Surfcasting, ya tenemos el verano encima y la playa se masifica, tanto a la hora de los bañistas y sus horarios prohibitivos, como por la noche, llenándose las playas, de "compañeros" de afición, de los que no apetece tener cerca.

Sea con el tipo de pesca que sea, este 2017, promete emociones fuertes...

¡Un abrazo y buena pesca!

viernes, 24 de febrero de 2017

DAIWA Shore Line Shiner Z Vertice - 97S - 120F - 120S - 140F - 140S - Mi señuelo revelación 2016


Cuando pienso en los DAIWA Shore Line Z Vertice, pienso en el que ha sido, el señuelo revelación de mi temporada 2016. La última versión de este señuelo, lleva un par de temporadas en el mercado, aunque ha sido esta pasada temporada, cuando tras usar las primeras unidades y quedar impresionado, decidí hacerme con más y darle muchas horas a pie de orilla. El que me conozca, sabe que no me gusta hablar de material sin haberlo probado a fondo, si no, ya tendríais aquí, mil reviews de señuelos que habría lanzado cuatro veces. Este señuelo, reúne un buen puñado de virtudes y otro buen puñado de defectos, de los que puedo hablar tras muchas horas de uso y capturas. Aquí tenéis una review a largo plazo.


Si miro en mi caja de Minnows (dejando de lado los Long Minnows), casi solo se ven un unidades del DAIWA Shore Line Z Vertice en diferentes medidas y es que este artificial, ha complementado mi caja de tal manera, que ha desbancado a muchos señuelos. Concretamente, estoy usando las siguientes versiones; 97S, 120F, 120S, 140F y 140S. Gracias a este abanico, es posible adaptarse desde la pesca ligera a la pesada. Veamos los pros y contras de este señuelo...


Empecemos por los materiales. Los anzuelos y anillas, son de calidad, como cabría esperar de unos Owner ST-46. Lo malo, es que no están pensados para las pescas más exigentes y los grandes depredadores como Tallahams y Palometones, los doblan uno tras otro. Supongo que si han elegido estos finos anzuelos, será por el lance o nado, ya que otros más robustos, desestabilizarán más el vuelo o la natación, no como estos, que le sientan tan bien, que parece que no lleve nada. Aquí podéis ver como quedaron en esta unidad del 140F, después de la batalla con el Palometón que encabeza la entrada. También hay que señalar, que fue una batalla muy dura. El pez venía robado, ejerciendo una presión extra, el freno estaba prácticamente cerrado y se forzó el equipo y señuelo al máximo, ya que el escenario es muy complicado y ya he perdido muchos peces con sus correspondientes piercings, por darles un poco de manga ancha.


Es curioso, que en la versión 97S, no se me haya abierto ningún triple ni anilla, por que, aunque a su medida, también he forzados algunos peces cuando ha sido necesario. Todas las unidades del 97S, siguen con los triples y anillas de serie y siguen clavando perfectamente. Parece que a los pequeños depredadores les gusta. Los Palometones, como siempre, robados. Atacan sin miramientos... sin duda, una de mis especies preferidas.


Estos señuelos poseen un babero, que a día de hoy, considero irrompible. Es muy grueso y de plástico macizo. Además de ser así de resistente, este babero agarra mucha agua, así que podremos pescar con él en días de mar fuerte, con molesto viento y en escenarios complicados, donde seguro que se llevará algún que otro golpe. Seguro que todo tiene un límite, pero os aseguro que es bastante alto.


El paso del tiempo, le pasa factura en algunos puntos, sobre todo si no les haces ningún tipo de mantenimiento, como es mi caso. El babero se vuelve opaco y los alambres que sirven de sujeción para la grapa y los anzuelos, se van oxidando poco a poco, aunque no he tenido ningún problema con ello, a parte del estético. La verdad, es que no le doy mucha importancia, mientras no se rompan por ese motivo. Esta unidad, es la más antigua que tengo y tiene ya muchos km a sus espaldas, es una superviviente. No solo le afecta el óxido de las argollas, si no que ya ha recibido múltiples ataques de Tallahams y ha perdido hasta un ojo. Aún así sigue pescando y lanzando bien.



Ya que hablamos de los alambres de sujeción, hay que recordar que este señuelo, no posee un alma interna de acero que recorra todo su cuerpo. Aún así, he sacado grandes capturas y ninguna de las sujeciones ha cedido. En otros señuelos, he visto que tras una gran captura, alguna de las sujeciones, se ha movido un poco, generando un agujero en el plástico de alrededor de la pieza metálica, por donde puede entrar agua y oxidar el interior del señuelo, afectando al sistema de transferencia de pesos o al nado, al llenarse de agua. Por suerte, en estos parecen estar muy bien ancladas.


Después de una buena captura como este Tallahams, para variar, lo único que ha cedido han sido los triples. Personalmente, no me ha llegado a molestar excesivamente, pues aún saliendo triples doblados, ninguna vez he perdido la captura por ello, ya que estos triples clavan perfectamente y aún doblándose, no se sueltan fácilmente de la presa. ¿Que se doblan? Pues los vuelvo a enderezar con los alicates... Cuando estén para cambiar, ya pondré otros nuevos. No me urge cambiarlos nada más recibir el señuelo, en esta unidad en la que se rompió una muerte, ya los había enderezado unas cuantas veces, estando ya muy afectados. Hay que matizar, que os he puesto fotos de cuando pasa algo malo, pero esto no es el pan de cada día, en la mayoría de capturas no se abren así, pero es que eso no es noticia...


Las libreas son bastante resistentes. Unas más que otras, ya que como pasa en muchos señuelos, los que son pintados, aguantan más que los holográficos. En cuanto a la gama de colores, no puedo decir otra cosa que, espectacular. Mucha variedad y calidad, muchos da pena usarlos de lo bonitos que son, aunque para eso hayan nacido. Aquí podemos ver dos unidades del 97S tras bastantes horas de uso.


Hablando de señuelos light, me atrevería a decir que el 97S, es el minnow de 90-100mm, que más lanza del mercado. Igual que sus hermanos mayores, me ha brindado buenas capturas. Esta Jurela XXL no dudó en atacar al color SEGURO FLASH en la versión 97S, cuando andaba buscando Palometones juveniles a jerking. A día de hoy, una de las mas grandes que he sacado y que aún sigue nadando por nuestras aguas.


En cuanto a sus capacidades dinámicas, cabe destacar el lance, que es espectacular, un 11/10. Gracias al sistema de transferencia de pesos interno y a una aerodinámica muy estudiada, se lanza como un misil. El mejor de los vuelos que he visto en un minnow. Vuela firme, sin titubear, como un proyectil. Gracias a este aplomo en vuelo, he podido pescar en días de viento extremo y en los días sin viento, he podido alcanzar distancias a las que pocas veces llegaba.


El sistema de transferencia de pesos H.G.S., es de pistón. Todos los sistemas, ya sean de bolas o de pistón, son susceptibles de fallar. He visto fallar señuelos que usan ambos sistemas, por bloqueo del pistón o las bolas. En este señuelo en concreto, he leído reviews donde hablan de algunas unidades que fallan. A mi personalmente, aún no me ha fallado ninguno y eso que les he dado mucha caña. Tan solo en alguna de las primeras unidades 140S y que ahora tienen muchas capturas a sus espaldas, el pistón, no se aguanta tan firmemente en el imán que lo sostiene en la posición de reposo como cuando era nuevo, con lo cual, hay veces que al lanzar, el pistón ya se encuentra en la cola. Aún así, no supone más problema que ese, ya que cuando el señuelo toca el agua y empieza a nadar, el pistón si que se mantiene donde debe, sin alterar la natación. Esta es una de esas unidades antes de envejecer, los Espetones no le hacen ascos a un minnow movido a Stop and Go.


En cuanto a la natación, simplemente con recogida lineal, ya es perfecta. El señuelo se mueve desde muy baja velocidad. Seguro que sin hacer mucho más ya pesca, pero no soy muy amante de las recogida lineales. Me encanta mover los minnows a Jerking o Stop and Go, son unas recogidas más entretenidas de hacer y desde mi experiencia, creo que arrancan más picadas que las lineales. Con el 97S me lo he pasado en grande sacando Palometones juveniles a jerking con un equipo ligero. Eso si, si los Tallahams rondan por el pesquero, mejor subir de medida, ya que al pequeño se lo comen de un mordisco.


Un aspecto negativo que no afecta a la naturaleza del señuelo, es el precio y la dificultad de conseguirlo. No he rebuscado mucho, pero no he encontrado tiendas españolas que lo distribuyan, y si así fuera, no quiero imaginar a que precio. Buscando por internet, se pueden encontrar en tiendas japonesas, aunque ya sabemos lo que eso supone, lidiar con aduanas o hacer pedidos muy pequeños para que no los paren. Si hay suerte de encontrarlos mínimamente baratos, sumando gastos de envío, será muy difícil tener una unidad en casa por menos de unos 20€. A mi parecer, están bien pagados, aunque reconozco que no todo el mundo podrá permitírselo.


A los que no puedan permitírselo, les recomendaría que se hiciesen con alguna de las copias que rondan por el mercado. Con mayor o menor fortuna, algunas se acercan bastante al original. Por ejemplo, el que he visto trabajar más de cerca y durante muchas horas, es el Mesias 140 de Spanish Lures. Es una copia bastante lograda. Sus pros; anzuelos y anillas más robustos que el original y buena durabilidad del señuelo en general. La contra, es que aún teniendo un buen lance, no lanza tanto, ni vuela tan firmemente como el original. Ahí se nota, que el sistema HGS, es mejor que el de Spanish Lures. También he notado que el Mesias 140, agarra más agua que el Daiwa, lo que hace un poco más cansada una recuperación alegre a jerking. Da la sensación de que el Daiwa corta el agua un poco más alegre, sin tanta retención, aunque esto es una opinión sobre mis gustos. Aún así, funciona perfectamente, no falla y el señuelo pesca.


Volviendo al señuelo que nos ocupa, he de reconocer, que me ha dado capturas en todas las medidas, pero si tuviera que elegir, me quedaría con la 97S y las 140F-140S. Son algo más lanzadoras que las 120F y 120S. Además, tienen un babero más grande que las 120, con lo cual, agarran más agua y es más difícil sacarlos del agua, cuando se les quiere dar un poco de caña con un jerking potente. El 140S, me ha dado capturas especiales, desde este pez lagarto de más de 30cm, al que le debería parecer tan apetitoso, como para subir del fondo en una zona bastante profunda, a regalarme, la que a día de hoy, es la Lubina más grande que he pescado, pasando también por la Serviola más grande que he sacado y además desde costa. Un subidón impresionante la picada de esta especie, potente como pocas.


Como conclusión final, me gustaría remarcar sus grandes capacidades. Lanza bien todos los lances, nada bien todos los lances y es pescador. Esta constancia y uniformidad en su trabajo, es lo que le hace un señuelo perfecto, a pesar de otros defectos, que quedan eclipsados por sus magníficas cualidades. Esta cualidad solo la he encontrado en un grupo muy reducido de señuelos, así que merece ser destacada. Aún así debéis recordar, que no hay ningún señuelo mágico. Debéis buscar las buenas prestaciones, eligir el os de más confianza, aprender a usarlo y darle horas en el agua.


Todos los peces de esta entrada, excepto la Lubina, siguen nadando por nuestro maltrecho mar, ¡pon tu grano de arena! Si aún no lo has probado, no sabes el placer que da ver marchar a este Palometón...

¡Un abrazo y buena pesca!