Últimamente, tengo el Surfcasting un poco abandonado, aunque 2016 fue la mejor temporada que he tenido. Por falta de tiempo para el blog, se quedaron en el tintero algunas jornadas memorables. Fue una temporada muy emocionante, con sus alegrías, decepciones...
Una parte de las alegrías, las dio el material. Empecé la temporada cambiando de cañas. Cambié las Nou Cast Strattocast que tantas alegrías me dieron, por unas Kali Kunnan Shangrila Team y los dolores de espalda mejoraron mucho, al ser éstas unas cañas más ligeras y más dóciles en el lance. La adaptación fue rápida y tenía muchas ganas de probarlas a fondo.
Se estrenaron con unas piezas modestas, pero finalmente, a lo largo de la temporada, fueron sacando buenas capturas, pudiendo probar las sensaciones que daban, con una buena captura al final de la linea. La verdad es que son muy sensitivas y se disfruta mucho el combate.
Si hubo una especie que dio la cara de manera espectacular, fue la reina del Surfcating, la Dorada. Es la especie que más buscamos, la que más conocemos y la que mejor responde en nuestras salidas. Si se elige bien el momento, se puede pescar casi todo el año, aunque hay épocas en las que da especiales alegrías, como en primavera y otoño. La buscamos por su batalla, su belleza, el peso que alcanza y la exquisitez de su carne.
El pasado otoño, tuvimos las mejores capturas, tanto en tamaño como en cantidad. Además, en días en los que no esperarías una gran pesca, como por ejemplo el día de la foto de arriba, en el que un día lluvioso, acabó siendo uno de los mejores del año, acabando con este bonito cuarteto, que podía haber sido aún mayor, ya que alguna otra gran captura, rompió la linea al picar y hubo algunas más que no clavaron.
Entre toda esta alegría y buenas jornadas, no faltó una buena dosis de resignación, a la que los pescadores, ya estamos más que acostumbrados, como; coger un buen cabreo al ver la mierda que dejan los demás en pesquero, pegarte una kilometrada importante después de trabajar, llegar hecho polvo al pesquero y tras montar y lanzar las dos cañas, pasar una bandada de gaviotas volando a ras de agua y pescar dos de ellas, una con cada caña, pasarte la jornada perdiendo lineas por la basura y materia orgánica que arrastra un temporal y como no, irte a ver salir el sol a un sitio tranquilo y que aún así te rompa alguna linea un grupo de nadadores y paddle surfs a las 7 de la mañana...
Por suerte, todos estos escollos se acaban superando y la captura de tu vida te sabe mil veces mejor de lo que podías imaginar. El pasado 2016, superé por fin los 2Kg de peso en una Dorada. Parece mentira, pero por mi zona no salen muchas más allá de los 2Kg. Llevaba varios años viendo como cada temporada, mis compañeros sacaban un par de ellas y parecía que nunca me iba a tocar a mi.
Finalmente, este fue mi año y saqué dos que rozaban los 2,5kg. Recuerdo especialmente esta, ya que fue de las que hacen afición. Picada brutal que arqueó la caña sacando hilo, seguido de una batalla que se me hizo eterna, siempre en el buen sentido de la palabra. Se hizo fuerte en el rebalaje y nos hizo caminar unos 200 metros detrás de ella, hasta que por fin, se agotó y se dejó varar. Recuerdo también con emoción, la alegría que nos dio a mi amigo Alex y a mi, al poder hacernos con ella y contemplar tan precioso animal.
Una de las decepciones del pasado 2016, me la ha vuelto a dar la Lubina. Su pesca a Surfcasting, se ha vuelto una casualidad, a la que no pienso dedicar mucho tiempo en el futuro. Creo que, dentro de las modalidades de pesca que practico, es la menos excitante y la que menos alegrías da, en relación al esfuerzo empleado. Muchas horas a pie de playa, con el mar haciendo de las suyas (enredos, algas...), pasando frío y trasnochando, para poca cosa. En 2017, quien va a comer Sepia, seré yo y no las Lubinas.
Durante la temporada pasada, les dedicamos un buen número de jornadas, con pobres resultados. Tan solo aparecían de vez en cuando, unas Lubinas de talla escolar, a las que no les hicimos ni foto. Captura y suelta rápida y a rezar para que no caigan en el anzuelo de ningún morrallero...
Cada temporada se aprende algo nuevo. En la pasada, aprendí, aunque parezca mentira, que cojo más pescado saliendo poco, que cuando salía mucho. Os explico... Años atrás, salía mucho más a Surfcasting que las dos últimas temporadas y el balance de capturas era más pobre que ahora. Hay varios factores que pueden haber influido en esta tendencia.
Antes, me centraba mucho en algunos tipos de pesca, como el Surfcasting y las ganas de conseguir ciertas capturas de determinadas maneras, no era la mejor manera de obtener resultados de manera constante, ya que si no es época de ciertos peces o sitios, deberás invertir muchas horas en coger unos pocos. Así que, es mejor centrarte con un determinado tipo de pesca en unos meses concretos y saber que probablemente tendrás buenos resultados.
A lo largo de estos años, he ido añadiendo en mi armario una buena variedad de estilos. Empecé por el Surfcasting y Spinning (en casi todas sus variantes), hasta llegar al Eging y más recientemente al LRF. Con esta variedad de estilos, siempre tienes algo por hacer cuando toca y no estar fuera de temporada, intentando coger peces, que simplemente no están o no están activos.
Esta de aquí abajo fue una de las pocas salidas que he hecho a principios de 2017, donde por desgracia los peces de porte no dieron la cara. Solté dos Lubinas de talla escolar y alguna otra Dorada de pequeño tamaño. Aún así, este Sargo y las dos Doradas más pequeñas, vinieron embuchados y poco se pudo hacer por salvarlos.
De momento, no se cuando será la siguiente salida a Surfcasting, ya tenemos el verano encima y la playa se masifica, tanto a la hora de los bañistas y sus horarios prohibitivos, como por la noche, llenándose las playas, de "compañeros" de afición, de los que no apetece tener cerca.
Sea con el tipo de pesca que sea, este 2017, promete emociones fuertes...
¡Un abrazo y buena pesca!