jueves, 1 de diciembre de 2016

Noruega 2016 - Aurora Boreal y Pesca - Parte 3: Segundo día de pesca, en busca del Halibut


El día amanecía apacible, soleado, con ausencia de viento y mar planchado. Nosotros, un poco cansados, por todas las horas de pesca del día anterior y los despertares nocturnos para ver la Aurora, aunque muy contentos. Iba a empezar el segundo día de pesca en barca. Este día, tocaba poner en práctica los consejos recibidos e intentar hacerme con un Halibut. Después de mirar el mapa que nos habían proporcionado, decidimos que zonas pescar primero. Iríamos un poco al Norte, donde había alguna zona con unos arenales con el fondo cubierto parcialmente de algas. Según me comentaron, ese tipo de fondo, era el escenario ideal. Como podéis ver en la foto, esos arenales iban desde los 0 metros en la orilla, a unos 30 metros en la zona en la que el fondo cambio de claro a oscuro. A partir de ahí, ya nos pasábamos de profundidad.


Al llegar a unos 25 metros de fondo, apagamos el motor y empezamos la primera deriva. Nada más dejar caer los señuelos, recibimos una picada cada uno. Había mucha actividad, aunque para variar, eran Bacalaos. Era casi imposible no pescar uno en cada lance, cosa de la que me alegro, pues disfrutar de picada tras picada, es un placer que pocas veces se tiene en nuestras aguas. Lo malo, es que cuando intentas pescar otra cosa que no sean Bacalaos, se convierte en un problema, ya que interfieren hasta tal punto, que se puede volver molesto. Además, no se que tamaño de señuelo habría que poner para que no lo atacaran, pues hasta los bacalaos más pequeños, se tiraban a señuelos de 14cm.


Después de llevar pescando un par de horas y no parar de sacar Bacalao tras Bacalao, recibí una picada que me hizo dudar de lo que traía, pues no tiraba de la misma manera. Me costó despegarlo del fondo. O era un Bacalao gigante, o un posible Halibut. En vez de recibir una carrera potente para luego irse desinflando, recibí unos tirones muy continuos, como una locomotora, fuerza constante. Después de una bonita batalla, emergió a la superficie un Halibut, al que no se a ciencia cierta cuantos kilos echarle, pues no tengo ninguna referencia. Aproximadamente, rondaría los 4, 5 o 6 kg. Por las medidas que le comenté que tenía a los dueños de las casas, me dijeron que aproximadamente 6kg. Me cogió totalmente por sorpresa. No había valorado como cogerlo, la boca es extremadamente plana y cuesta meter el grip, además, si pretendes cogerlo con la mano (como intenté), se resbala. La historia tuvo un final triste. El Halibut venía pinchado de un minúsculo pellejo del labio superior, que tras la batalla, se había estirado hasta casi romperse. Con el forcejeo a pie de barca, se soltó y volvió nadando a toda prisa hacia el fondo. Había tenido mi pequeño trofeo a un paso. Un desastre...


Continué pescando en la misma zona, y cuando ya se me había pasado el cabreo que te da al perder tu captura deseada, otro Halibut atacaba el señuelo. Otra bonita batalla y gran alegría al ver que lo que emergía de las profundidades, era un deseado pez plano de medida similar al anterior y no un Bacalao más. Por desgracia, el final... ¡Idéntico! Esto ya parecía una broma de mal gusto. Otra vez clavado por un pellejo y se suelta a pie de barca... Parece que no eran capaces de engullir el señuelo y clavarse dentro de la boca o fallaban el ataque, aunque me sorprende que fuera la segunda opción, pues estaba haciendo recogidas muy lentas a ras de fondo. Los dos habían venido clavados por la piel del labio. Al venir calvados por un sitio tan débil, tampoco puedes coger el hilo e izarlos a la barca, ya que casi con total seguridad, también se soltarán.


Al no tener salabre y venir así del mal clavados, tenía todas las de perder. Supongo que me costaba cogerlos con el grip porque eran pequeños (en relación a lo que crecen). Seguramente con ejemplares de 20kg, se dispone de boca de sobra para agarrar bien con el grip. La única opción que tenía y que no iba a usar, era ese palo con un pincho que veis en la foto de arriba. Los dueños de la casa me dijeron, si pescas un gran pez, ahí tienes con que subirlo... Ni me lo planteé, pues después de ganchearlo con semejante artilugio, no creo que sobreviviera, y no se que iba a hacer con 6 kg de Halibut para dos personas.

Abriendo un paréntesis en lo que a la jornada se refiere, creo que el gesto de la foto inferior, se debería ver más por estas latitudes. Por lo que me contó la gente con la que hablé, se hacen unas matanzas increíbles. Me comentaban, que la gente que salía en barca (sobretodo los que son de fuera y vienen a pasar unos días), cumplía el cupo diario, de unos 50kg si no recuerdo mal, volvían a tierra a vaciar la barca en unos arcones congelador y se hacían otra vez a la mar en busca de más, y eso contando que no eran profesionales. No se para que quieren tanto Bacalao. O lo venden ilegalmente o se pasan el año comiendo lo mismo. Es cierto que hay una gran cantidad de pescado, pero nada es infinito, si no que nos lo digan a los que vivimos a orillas del Mediterráneo, que hace unas décadas era un vergel y ahora es un desierto...


Durante el resto de jornada, no volvió a picar ningún Halibut, y no será por que no machamos la zona a conciencia. Después de dejar estar la zona inicial, nos dirigimos a una zona de 50-60 metros de profundidad, con la idea de cambiar un poco de aires y descansar de tanto Bacalao excitado. Se que puede parecer raro o desagradecido, pero es que teníamos que descansar un poco, esto ya no era pesca, era gimnasio... jajaja Aquí no habría tantas picadas, pudiendo relajarnos, y si picaba algo puede que fuera grande. A los pocos lances, mi pareja tubo una picada que parecía ser de un pequeño Bacalao, pero en vez de eso, una bonita sorpresa, un pequeño Redfish emergía de las profundidades, para dar un bonito toque de color a la jornada. El nombre es muy obvio, literalmente Pez Rojo. Especie nueva y preciosa, la foto no le hace justicia. El Redfish es un pez muy apreciado gastrónomicamente hablando. Este, fue desanzuelado rápidamente y devuelto al agua. Solo tengo una foto de este pez y no me queda otra que ponerla así, ya que mi pareja no quiere aparecer en el Blog, cosa totalmente respetable. 


Después de relajarnos un rato en la zona profunda, obteniendo menos picadas, volvimos a otra zona de unos 30 metros. El día continuó como había empezado, con muchísima actividad. Cada ciertas picadas de Bacalao de tamaño estándar, salían algunos bastante buenos. Este de la foto inferior, lo sacó mi pareja con la caña ligera, de acción 10-30gr y trenzado de 0,10mm en la bobina, una batalla para recordar, puso el equipo al límite, pero respondió muy bien. Por suerte, este fondo no está repleto de enganches, y aunque el pez te domine un poco en la primera mitad de batalla, hay altas probabilidades de salir airoso. Si tienes un poco controlado cual es el tamaño habitual de los peces, se puede pescar bastante ligero. En esta foto se pueden apreciar los dientes, con los cuales hay que tener especial cuidado.


Después de tener tantos Bacalaos en las manos (habremos sacado 100 o 200 en todo en viaje, imposible llevar la cuenta), he podido comprobar que casi todos tienen parásitos. No es un hecho aislado. Si os fijáis en la siguiente foto, entre la cabeza y la aleta dorsal, se ven un par de puntos rojos/rosados. Son unos parásitos que tienen en las branquias. En esta foto solo se ven dos, pero tienen decenas. Al sacar el pez del agua, empiezan a desprenderse, supongo que como método de defensa, para ir en busca de un nuevo huésped, quedando esparcidos por el cuerpo del Bacalao y el suelo de la barca. Aún así, la mayoría de peces tenían un aspecto espléndido. No se si es que son muy resistentes o que estos parásitos no son muy dañinos.


Me ha sorprendido que en estas frías aguas, los peces tengan tantos parásitos, pero me ha sorprendido aún más, la cantidad de medusas que hay. Había cientos y cientos. Si mirabas a tu alrededor, siempre veías alguna. Además, había veces que pasaban bancos enteros, llevados por la corriente de la marea. Las había como las de aquí con tentáculos largos, pero también de las de aspecto abisal, de todas las formas y colores. Desde un marrón o amarillento, a blancas, lilosas, azuladas... 

El día de pesca tocaba a su fin, las últimas capturas subían a bordo y había que volver al muelle una media hora antes de que anocheciera. Era lo pactado con los dueños, ya que la barca no tiene luces para salir de noche, además, si no volvías o había algún problema, aún había media hora de luz para que te encontraran.


Ya en tierra, un precioso atardecer ponía punto y final a otra divertida jornada. Por hoy, el Halibut volvía a esquivarnos. Habría que intentarlo por última vez al cabo de dos días, ya que al día siguiente, tocaba visita a Tromsø y un poco de pesca desde tierra al acabar el día.


Al llegar a la cabaña y ponernos cómodos, empezó a oscurecer. Tocaba "pescar" Auroras. Durante toda la noche, nos asomamos varias veces a intentar verla, pero un cielo de nubes infranqueables, nos lo impidió cada vez que lo intentamos.

Continuará...

¡Un abrazo y buena pesca!

No hay comentarios:

Publicar un comentario