¡Hola a todos! ¿Que tal?
Ante todo, espero que esté todo el mundo bien y que pase esta desgracia lo antes posible. No queda otra que mantenernos en cuarentena, por el bien de todos. Mucho ánimo y gracias a toda la gente que hace posible la lucha contra el virus.
Volviendo a la pesca, este año 2020, empezó muy bien, con una captura excepcional, que ya os contaré más adelante, pero al poco apareció la borrasca Gloria y nos dejo en dique seco durante más de un mes.
Después de este mes y pico en seco, el clima no ha ayudado nada y los días que hemos podido salir, no ha habido posibilidad de hacer muchas cosas, con jornadas cortas y mar difícil. Es por eso que en una de esas semanas de resignación, con el mar intratable, me apunté a una salida a por Luciopercas en pato que hacían mis compañeros de pesca, que le dan tanto a fresh como a salt. Yo por desgracia no tengo tiempo para freshwater, pero ¿por que no probarlo un día? Gracias a mis amigos en un momento tenia todo lo necesario para poder salir y vivir una experiencia diferente. Muchas gracias.
El plan de la jornada era pescar de sol a sol, con un parón en medio para salir a comer y descansar. El clima acompañaría, así que solo hacía falta seguir los consejos de los compañeros y esperar poder estrenarme con esta especie.
Llegamos al pesquero al alba, entre una niebla y ambiente calmo sin igual y empezamos a preparar los patos. Pensaba que sería más tedioso, pero se monta e hincha en pocos minutos.
La primera toma de contacto al subir al pato fue buena, te sientes un poco torpe al principio para corregir rumbo o aletear de la manera más eficiente para conseguir la máxima propulsión con el mínimo esfuerzo, pero a la que comprendes a que velocidad has moverte para conseguir esa buena relación de rendimiento/esfuerzo, se hace muy llevadero, sin tener ningún tipo de resentimiento al día siguiente. Eso si, ayudó mucho el tener un día muy calmado, donde solo soplaron algunas rachas leves en algún momento puntual. Me imagino como debe ser salir en días con mucho viento, ya que ha de ser una odisea aletear en contra de un fuerte viento, ya que el pato, aun en condiciones óptimas de viento, navega bastante lento, incluso aunque aletees a todo gas.
El objetivo sería pescar las Luciopercas en vertical, ya fuera detectándolas con la sonda, como rascando fondo. Empezamos a sondear un poco de terreno y vimos que la mayoría de peces estaban en el mismo fondo o muy cerca y en fondos de 18 a 25 metros, fuera de este rango, se veía alguno aislado, así que tocaba centrarse en rascar fondo en esas profundidades.
El equipo elegido para la ocasión, estaba compuesto por una caña Major Craft New Crostage Light Jigging 60-150gr, sí, he dicho de Light Jigging y hasta 150gr. No creáis que me he vuelto loco, esta gama de cañas de light jigging, son unas cañas muy ligeras y sensibles y permiten disfrutar peces pequeños y medianos, de hecho, para su uso, declara una linea de PE 0.8 a PE 1.5, lo cual da a entender la potencia de caña que estamos hablando, suficiente dura para clavar un anzuelo simple de buen tamaño en una boca dura, pero suficientemente blanda para disfrutar peces pequeños. El carrete que la acompañó, fue un Shimano Twin Power C3000XG de 2015, cargado con un PE 1.0 y un bajo de 0,40mm.
Los señuelos elegidos, serían los vinilos, teniendo preferencia por los que tengan máxima movilidad casi sin moverlos, ya que según me comentaban, en la época que era y lo fría que estaba el agua, haríamos una pesca super lenta, ya que los peces estarían muy apáticos.
Los vinlos de tipo curly tail fueron mi elección, pescando concretamente con los SAVAGE GEAR Sandeel Curltail 14cm en color Pearl Silver, montado en una cabeza Biga 20gr de Caperlan.
Como nota curiosa, aún habiéndole puesto un triple en la cola al vinilo, ya que se ve que si no se pierden muchas picadas, ninguna de las que saqué venía pinchada por el triple, llegando a tenerlo varias de ella dentro del a boca completamente después de engullir el señuelo sin pincharse el triple, misterios de la vida.
Mientras salvaba un par de enroques y le cogía el truquillo al movimiento, o mejor dicho, al poco movimiento jajaja, ya que prácticamente dejas el señuelos quieto, en la profundidad elegida, en mi caso, a unos centímetros por encima del fondo y vas dando pequeños toques para hacerlo vibrar un poco. En breve empezaron a asomar los primeros peces por parte de algún compañero.
Al poco empecé a tener alguna picada. La verdad es que antes había tenido varias y no sabia que eso fueran picadas y no clavé, lo asocié a golpes con el fondo, al estar pescando a ras del mismo y es que la picada es muy sutil, consistiendo en un leve toque, en el cual inmediatamente has de clavar, ya que solo dura un instante y si lo pierdes, sueltan el vinilo. Así que el dogma era, ante la duda siempre clavar, luego ya veríamos si es un pez o un enroque...
Después de haber entendido la técnica y fallar algunos peces, clavé la primera Lucioperca, de unos 2,5kg, que al final resultaría ser la más grande del día. Primera Lucioperca que contemplo en directo y la verdad es que son unos bonitos peces. Lástima que su fiero aspecto no vaya de la mano la batalla que ofrecen, que es bastante pobre, al menos en la época del año y escenario en que nos encontramos. Por lo que dicen mis compañeros, nada que ver con épocas en las que el agua está más caliente y las pescan en zonas de corriente, donde ellas se aprovechan de la situación y plantan un poquito más de cara.
La mañana fue bastante entretenida, aunque hacia el medio día se observó un poco de parón de actividad. Después de una parada para comer y descansar un rato, afrontamos la tarde más descansados, habiendo obtenido por mi parte al final del día, de 12 picadas y conseguir sacar 5 o 6 de ellas, la mayoría de alrededor del kilo de peso. Sin duda, una pesca bastante fructífera que es un buen sustituto del mar cuando no se pueda. Lástima que me quede tan lejos de casa y no disponga de mucho tiempo.
A parte de las capturas, valoro mucho los momentos con los compañeros, la experiencia con el pato y el día tan calmo que tuvimos. Se respiraba paz por todos lados. Quizás sería lo más agradable de este tipo de pesca y el freshwater en general, que normalmente, los escenarios por donde te mueves, son de gran belleza. La verdad es que es un gusto estar navegando lentamente en el pato con el agua como un espejo y sin oír un ruido mientras pescas. Sin duda una experiencia relajante que repetiré en un futuro.
¡Un abrazo y buena pesca!
Cuidaros, que no está la cosa para bromas.